domingo, 1 de noviembre de 2009

Utopía.

Ahogada. Aquí ya no queda nada que me aporte cosas positivas. Y me gustaría que fuese fácil partir de aquí y dirigirme a otro lugar donde consiguiera esas cosas que aquí brillan por su ausencia pero no me matase la sensación de soledad en un futuro. Ayer quería ser Amelie y hoy no me importa nadie. Al fin y al cabo, si se reducen, ambas son egoísmo puro y duro. Una necesita hacer cosas por los demás para sentirse bien consigo misma y la otra solo se siente bien no dando explicaciones a nadie. Sensaciones tan efímeras, que resultan recuerdos casi oníricos. Cuando llegas al punto en el que no te sirve nada de toda esa mierda que se ha estado inventando con el tiempo para disimular la vida tal y como es, lo único que queda y que importa es el momento. Ese en el que haces las cosas, en el que las sientes, y ya. Porque el mañana será diferente. Harás y sentirás las cosas de otra forma totalmente diferente a como lo hiciste ayer.

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